domingo, 28 de noviembre de 2010

Sara ya tiene dieciocho meses

Pues como me voy encontrando un poco chunga con lo del embarazo, se me ha pasado un poco comentar que Sara ya a cumplido los dieciocho meses. Y claro pasamos la revisión de rigor con Pilar, la enfermera de pediatría.

Resumiendo, Sara está estupendamente. Como en la última revisión, está en el percentil 97 de altura y en el 48 de peso. Alta y delgada. A nivel de desarrollo y psicomotricidad también va muy bien. Bueno, quizás comparada con otros niños de su entorno, veo que habla menos. Pero en la revisión no le dieron importancia de momento. Cada nene tiene su ritmo.

Sara va afianzando su carácter, sabe lo que quiere, y muestra bien claro su enfado o su satisfacción según se le niegue o se le dé lo que pide. Aunque en general el rasgo de su carácter que más destaca es que es muy cariñosa. También hemos notado que tiene ya claras preferencias entre las personas que conoce, y busca a uno u otro depende de lo que quiera hacer en cada momento. Por ejemplo, a mi cuñado lo busca para jugar a lo bruto y a su mujer, para bailar.

También se muestra en muchas ocasiones bastante autónoma. Por ejemplo, esta misma mañana, ha estado un buen rato mientras yo recogía la cocina y doblaba y colocaba ropa jugando solita. Obviamente yo me asomaba a supervisarla de vez en cuando, y otras veces, ella a venido a buscarme, pero la mayor parte del rato ha estado entretenida jugando tan ricamente. Hace sólo unas semanas esto era impensable, me encanta ver como la pequeña va consiguiendo retos en su crecimiento.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Ha llegado la Navidad a Photogenic

Vuelvo a enlazar el blog de mi amiga Alicia, porque vuelve a aparecer mi hija. Ha llegado la Navidad a Photogenic

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Con el corazón encogido

Ana Belén es prima de Miguel y también una antigua compañera de juegos infantiles en los largos días de veraneo en Hellín. Siempre le he tenido mucho cariño. Cuando Miguel y yo empezamos a salir, y después, ya casados, de forma natural hemos ido quedando con Ana Belén y su marido Cristóbal regularmente, ya que mi marido siempre se ha llevado muy bien con ellos dos y nosotras recordábamos aquella relación infantil. Nos hizo mucha ilusión saber que Ana estaba embarazada justo cuando nosotros también queríamos volver a ser padres. A los quince días de enterarnos de su embarazo descubrí que yo también estaba encinta.

Ayer por la noche la llamamos por teléfono para saber cómo había ido la revisión en el ginecólogo. Me cuenta entre lágrimas que trae gemelos, que está asustada. Trato de animarla "bueno mujer, pues trabajo que traes hecho, tu tienes mucha ayuda con tu madre". Me doy cuenta que hay algo que aún no me ha dicho, y ella piensa que yo ya sé. "Sabes que no es eso, Natalia". Me lo cuenta: al hacerle las mediciones uno de los dos cráneos parece no tener la medida correcta. Le dicen que se tiene que hacer la amniocentesis. Son gemelos univitelinos, uno parece venir estupendamente y el otro parece que no. "Y vienen en el mismo saquito, Natalia", llora Ana al otro lado del teléfono.

Trato de tranquilizarla, "esa prueba no es definitiva", "no te comas la cabeza hasta que no te digan el resultado de la amnio..." y yo, mientras las pronuncio, sé que son frases huecas. En realidad, lo que me gustaría es tenerla enfrente y abrazarla y unirme a su llanto. Para que sepa que comprendo que está pasando la peor de las pesadillas en la incertidumbre de saber si sus hijos están sanos. Y por el dilema siempre dramático, pero en este caso aún más, de seguir o interrumpir un embarazo por un defecto físico, cuando además uno de los dos está sano.

Yo creo saber en este caso cuál sería mi decisión. Lo que tengo sí tengo meridianamente claro es que la única posición posible para las personas que estamos alrededor de unos padres en una tesitura semejante, es apoyarles tomen la decisión que tomen. Sólo ellos están en su piel, y sólo ellos sabrán cuál es la mejor opción para su familia. Los demás podemos creer que imaginamos lo que sentiríamos, pero hasta que no te encuentras, es imposible saberlo.

Además estoy un poco cabreada con mi suegra, que hace llegar la información que le da la gana. Me di cuenta en la conversación con Ana que ella creía que a través de mi suegra me había llegado la información, pero no fué así. Al hablar con mi marido supe que a él le había llegado que Ana Belén traía gemelos, y no me lo había dicho para que me llevara una sorpresa. Pero el problema de que uno de los dos puede venir mal, eso no se lo había comentado su madre.

No es la primera, ni la segunda, ni la tercera vez que mi suegra transmite una información sobre la salud de la  familia, sólo dando la información bonita, y lo realmente importante y alarmante, no lo transmite. Por ejemplo, cuando nació Sara y se deshidrató, que le dijimos que se encargara de decir que no podíamos recibir visitas, ella a todo el que le preguntaba le dijo "que su nieta era muy bonita y que el parto había ido muy bien". Y cada vez que vuelve a hacerlo, me recuerda que cuando no debíamos recibir visitas, tuvimos más de ocho personas a la vez en casa. Eso sí luego me explica las enfermedades de gente que no conozco de nada con pelos y con señales.

Por último, quiero pedir a la gente que sé que me lee y tiene conexiones con Hellín máxima discrección con lo que explico en esta entrada, no sé hasta que punto ellos quieren que se sepa esto por el pueblo, y como seguro entendeis es algo muy delicado y privado de esta pareja.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Restaurando el paradigma original

Navegando por internet y por pura casualidad me he encontrado con este reportaje, que es una auténtica joya. Os lo recomiendo encarecidamente, explica muy bien la importancia del método canguro, la lactancia materna y el contacto piel con piel. Está dividido en tres partes.



Nils Bergman - Restaurando el Paradigma Original [1/3]
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Nils Bergman - Restaurando el Paradigma Original [2/3]
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Nils Bergman - Restaurando el Paradigma Original [3/3]
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sábado, 13 de noviembre de 2010

Visita al ginecólogo 8 semanas

Pues ayer tuvimos la primera visita al ginecólogo. Revisión de las 8 semanas. Me he pedido el mismo doctor que me llevó el embarazo de Sara, porque me sentí muy cómoda con él y sobretodo con la enfermera de la consulta que es absolutamente encantadora y muy cariñosa.

Me gustó que se acordaran de nosotros, "¿Te llevé ya un embarazo?". Al Miguel "Tú estás más delgado", y lo está, pobrete, esto de comer de tupper a diario me lo está dejando en los huesos, menos mal que tenía reservas.

La visita en sí fué corta, repasamos mi historia clínica y confirmó que Sara había nacido de parto normal. Me pesaron (secreto de sumario) y me hicieron una ecografía. El hospital de Yecla tiene el ecógrafo dentro de la consulta de Prenatal, así que en cada revisión te hacen una eco, es fantástico. Además han cambiado el aparato, en el embarazo de Sara las primeras ecografías fueron vaginales, y ahora todas son por la barriga...¡¡Bieennn!

Ah! y recuperé los originales de las ecografías del embarazo de Sara, que tras el parto se quedaron en la carpeta del historial del Hospital, menos mal que las tenía todas escaneadas, si no me da un pasmo. Además como teníamos claro que íbamos a tener más hijos, sabíamos que en un tiempito las recuperábamos.

La ecografía bien, se ve la bolsa y una especie de habichuela, que es mi hijo/a. El momento superemocionante de escuchar ese corazoncito al que ya quieres con todas tus fuerzas. Y la tranquilidad de saber que su corazón late, que efectivamente tiene la edad gestacional que debe tener, que todo marcha viento en popa.



Al final, ya casi nos íbamos le comenté que le doy pecho a Sara. Y me dijo que la tenía que destetar, "riesgo de aborto" ya que "te provoca contracciones". La matrona me dijo que no había "ningún problema" literalmente. Y es que los profesionales de la salud tienen el criterio claro y nunca dan mensajes contradictorios.

Mi experiencia es que no noto nada, es más, ayer noche, que estaba supercansada, y me dolía un poco la tripa (tipo presión), después de darle teta a Sara me encontré mejor. Así que creo que de momento sigo como estoy...ya veremos si en unas semana cambio de parecer.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Ayer fué un día completito.

Ayer fué un día complicado. Miguel estuvo en Barcelona, lo que le ausentó de casa desde la madrugada a las 22:30 de la noche. El viaje lo hacía en coche y conduciendo él, por lo que hasta que no lo vi asomar por la puerta de casa, no estuve tranquila en todo el día.

Sara se despertó a las 5:30h de la madrugada, y cuando no vió a su padre se desesperó. Tocaba su lado de la cama y me miraba como diciendo "¿Dónde está papá?" Me costó muchísimo volver a dormirla, la primera vez que me rechaza la teta. Sólo se durmió sobre la almohada de su padre (¿tendría su olor?) y dándole palmaditas en el culete al ritmo que se toca el tambor en Semana Santa, que es como la duerme Miguel. Me dió mucha penita la reacción de mi pequeña, aunque por otro lado, me encanta que quiera tanto a su papa.

Leo notó mi estado de ánimo y me retó haciendo casi todas las cosas que sabe prohibidas. Es lo que tiene tener un perro de carácter, no te deja bajar la guardia. Lo que en realidad me vino muy bien, porque tuve que plantarme sobre mis pies y enviarlo a su sitio (literalmente, a su colchoneta). Cuando hace eso, y me obliga a disciplinarlo, sobre todo en los días que menos energía tengo, hace que no me deje vencer por el estado de ánimo, y me viene muy bien para tomar las riendas del día. Es como un recordatorio de que tengo el poder de decisión sobre si me dejo ganar por la tristeza o no. Y por mi hija, mi barriga y mi animal, ayer decidí que no. Así que me puse música y canté (el que canta su mal espanta), no se como los vecinos no llamaron a los loqueros. No soy una estrella del pop por algo...canto peor que un gato despellejado.

En otro orden de cosas, mi amiga Alicia y yo nos reunimos con la presidenta de la Asociación "Vinculo" de Yecla. Resulta que hay un grupo de apoyo de la lactancia en Yecla, pero las mamás que lo integran ya llevan ellas mismas varios años, y sus nenes ya son más mayorcitos, y hace un tiempo la asociación está parada. No se hacen ni reuniones ni actividades. Alicia me pidió a mi y a otras mamás recientes si nos podíamos meter en la asociación y dinamizarla.

La verdad es que en una población como ésta lo veo superimportante. Porque en una ciudad más grande, puedes no tener un grupo de apoyo en tu zona, pero es más fácil que te puedas desplazar para buscarlo. Aquí si no está en la misma Yecla, estás vendida. Y aunque es cierto que hay una fantástica consulta de lactancia materna en el Hospital de Yecla,  que a mi personalmente me salvó la lactancia, hay un tipo de apoyo emocional que quien puede darlo mejor es un grupo de mamás.

Acordamos no centrarnos en exclusiva en la lactancia materna, sino en la crianza. Hay temas como el colecho, la introducción de la alimentación complementaria, los cólicos del lactante, por ejemplo, que angustian bastante a las mamás,y que no son exactamente "lactancia", pero que influyen mucho en una crianza feliz para madre y bebé. A ver como resulta. A Piluca, la presidenta de la asociación la vimos no con muchas ganas de empezar nada, y por mi experiencia asociacionista, puedo entender perfectamente que esté cansada y desmoralizada, espero que se anime si ve que no va a ser ella sola la que tire de la asociación, como en muchas ocasiones ocurre con los "Presidentes". Una chica muy agradable, creo que nos vamos a llevar muy bien.

Alicia me metió una idea loca en la cabeza que no para de rodar... me voy a informar un poco antes de tomar ninguna decisión, pero me ha picado el gusanillo... ¿Cómo alguien que me conoce desde hace tan poco tiempo puede conocerme tan bien?

Y lo mejor del día vino cuando llegó Miguel por la noche. Sara, que estaba tomando teta casi literalmente se tiró al suelo y corrió por el pasillo bracitos en alto a saludar a su papa. Estaba a punto de dormirse, y ya no hubo manera, pero ¿qué importa que un día se acueste más tarde? Se durmió finalmente en brazos de Miguel, con el toque de tambor que ya he explicado, y no quiso dejarla en su cuna hasta que nosotros mismos nos fuimos a dormir. 

martes, 9 de noviembre de 2010

La pregunta del millón

La pregunta de millón estos días es ..."¿Le vas a quitar la teta a Sara?". Con variaciones por supuesto, que van desde la orden "Le deberías quitar la teta a Sara", la sugerencia "Pues ya que come de todo, para que luego no coja más celos, podrías irle quitando la teta", y la simple curiosidad.

La lactancia de mi hija está siendo asunto mayor en los mentideros, me parece, por la expectación que está despertando. Creo que sólo tres o cuatro personas no me han preguntado por la lactancia de mi hija. Una mi marido, que tiene claro que eso lo decidimos Sara y yo (y ahora entra en juego también mi ginecólogo), mi hermana Iris (no sé si porque no ha habido oportunidad, en realidad), y mis amigas Maricarmen y Alicia. Alicia también es de las locas que siguen amamantando con su nene mayorcito, así que supongo que ya sabe mi opinión. Maricarmen es tan prudente, que igual tiene curiosidad, pero tiene claro que se trata de un asunto privado, y si yo no inicio la conversación, ella no lo va a hacer, a pesar de ser mi más antigua amiga y probablemente la persona con más confianza para hacerlo.

La pregunta (si es pregunta, la variación imperativa si) no me molesta en absoluto. Aunque la lactancia humana es un acto natural y está recomendada por la OMS y la AEP como mínimo hasta los dos años de edad soy consciente que en nuestro país es rarísimo ver un niño que anda, tiene dientes y come de todo alimentándose del pecho materno. Llevamos los últimos años inmersos en una cultura del biberón que hace que esto tan natural se haya convertido en una excentricidad. Y si la mujer en cuestión se vuelve a quedar embarazada, es ya super rarísimo que continúe amamantando. Lo sé, por lo tanto, entiendo la curiosidad que despierta, y si va acompañada del debido respeto por las decisiones que toma mi familia, contesto gustosa.

La verdad es que no me planteo nada. De hecho, ya lo he explicado en un post anterior, no me creo expectativas con respecto a la lactancia de Sara. De momento estamos las dos cómodas y nos va bien. Cuando eso deje de ser así (por supuesto, siempre y cuando no note contracciones durante las tomas, que es la complicación médica que puede haber compaginando embarazo y lactancia) como es normal, destetaré a Sara. No amamanto a mi hija porque tenga mucho espíritu de sacrificio, que es lo que parece que piensa la mayoría de la gente. Sino muy al contrario, lo hago porque simplemente me encanta hacerlo. Yo lo comparo con estos pequeños preciosos placeres: un buen café, un baño relajante, un buen masaje, un paseo por la playa...¿Alguien renuncia a ellos de forma voluntaria sin un motivo?

Por último, y aunque ya digo que no quiero planterame ninguna meta, pienso que si Sara sigue mamando cuando el/la peque nazca, ella podría estimular mi pecho adecuadamente, y no será necesario el sacaleches si otra vez vuelve a tardar la subida de la leche como cuando nació ella. Pero igual cuando cambie el sabor de la leche a mitad del embarazo ya no quiere mas teta.

Vamos, que lo que intento decir en esta entrada, que me ha quedado larguísima, es que no planeo nada. El embarazo, el nacimiento de mi peque, las necesidades de mi hija, el ritmo de mi familia y mi propio ritmo, marcarán hasta dónde llega la lactancia de Sara. Si algo he aprendido de tener un hijo, es que lo que te planteas a priori no tiene que ver con la realidad que te encuentras. Así que simplemente la realidad decidirá.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Un poco de humor: Test de embarazo Leoplux

Test de embarazo Leoplux. Si Natalia tiene dudas, y sospecha que está embarazada, antes que los test de la farmacia, y hasta el momento, con un 100% de efectividad, el test de embarazo Leoplux le aumentará las dudas acerca de tu estado.

No tiene que orinar en ningún aparato ni recipiente. Sólo debe entrar por la puerta de casa y recibir el extraño saludo de tu perro Leo, que desde hace días, en vez de oler las piernas y mover la colita como es su costumbre, se sienta, le huela la tripa y le da lametones.

Ventajas:

Como digo 100% efectividad. Las dos veces que Leo a mostrado este comportamiento a mi llegada a casa, en unos días se ha confirmado que estaba embarazada.

Es gratuito.

Desventajas:

El ginecólogo no lo acepta como prueba de embarazo, así que no te libras de tener que orinar en algún lugar para demostrárselo.

Nota sin demasiado interés (pero curiosa): Y esto lo empieza a hacer mi perro días antes de que se me retrase el período.

Y ahora una reflexión acerca de este suceso, ya un poco en serio:
La naturaleza es sabia. Los animales intuyen cosas que nosotros desconocemos, poseen una suerte de inteligencia o intuición que debemos dejar de menospreciar para que la tierra que compartimos pueda tener futuro. Feliz fin de semana a todos

viernes, 5 de noviembre de 2010

Poemas de maternidad y lactancia.

Pues me ha apetecido hacer una pequeña recopilación de poemas y textos sobre maternidad y lactancia. Espero que os gusten.

Dando el pecho


Al cogerla tengo que tener mucho cuidado.
Es como tratar de cargar un montoncito de agua
sin que se derrame.
Me siento en la mecedora,
la acuno,
y al primer quejido,
empiezo a dar leche como una vaca tranquila.
Ella vuelve a ser mía,
pegadita a mi,
dependiendo de mi,
como cuando sólo yo la conocía
y vivía en mi vientre.

Gioconda Belli


"Yo tengo la idea de que las recién paridas están como iluminadas por dentro y los niños se duermen horas y horas sobre ellas, oyendo ese arroyo de leche tibia que les va llenando los pechos pare que ellos mamen, para que ellos jueguen hasta que no quieran más, hasta que retiren la cabeza: "otro poquito más, niño..." y se les llene la cara y el pecho de gotas blancas".


Yerma. Federico García Lorca.
 
 
Apegado a mí.


Velloncito de mi carne,
que en mi entraña yo tejí,
velloncito friolento,
¡duérmete apegado a mí!

La perdiz duerme en el trébol
escuchándole latir:
no te turben mis alientos,
¡duérmete apegado a mí!

Hierbecita temblorosa
asombrada de vivir,
no te sueltes de mi pecho:
¡duérmete apegado a mí!

Yo que todo lo he perdido
ahora tiemblo de dormir.
No resbales de mi brazo:
¡duérmete apegado a mí!

Gabriela Mistral

Y he dejado para el final esta, también de Gioconda Belli. Cuántos meses, cuando no llegaba Sara, cuando la menstruación llegaba negándome la maternidad, he llorado recitándola.

Tengo

Tengo en mis ovarios
Semillas,
Poemas sin empezar,

Llantos y risas congelados.
Quisiera poder visitar
Esos enormes almacenes,
Diminutos,
Conocer los hijos
Que nunca tendré;
Pedirles perdón
A través de la sangre.


Si, estoy un poquito noña. Espero que en unos días se me pase, porque a ratos no me aguanto ni yo.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Bienvenido a casa hij@ mí@

Dudaba yo si escribir esta entrada o esperar unos días más, pero lo cierto es que, una de las razones por las que no estoy escribiendo mucho estos días es porque lo que más ocupa mi cabeza y mi corazón es esto, y si no hablo de esto, es un poco como estar mintiendo.

"Esto" es que estoy embarazada de siete semanas. Estamos sorprendidos y encantados con ello. Es un embarazo deseado, un bebé que "hemos ido a buscar" como se dice popularmente, pero lo cierto es que pensábamos que tardaría más en quedarme embarazada. Con Sara tardamos más de un año en conseguir el embarazo, y ahora me he quedado enseguida. Así que estamos contentos, pero aún no nos acabamos a hacer a la idea.

Sara va a cumplir este mes 18 meses, así que cuando nazca su hermanito/a tendrá dos añitos escasos. Aún será muy dependiente de mamá. A veces la miro y pienso si no la estaré "destronando" demasiado pronto. Por ejemplo esta noche le sentó mal la cena y estuvo vomitando, sólo quería que bracitos para dormir. ¿Cómo podremos satisfacer a dos bebés demandando bracitos cuando haya nacido el/la peque? Seguro que luego todo sale de forma natural y los tendremos perfectamente atendidos, como cuando nació Sara, pero ahora no me lo imagino.



¿Por qué nos hemos decidido a volver a ser padres tan pronto? En primer lugar porque yo voy a cumplir ya 35 años. Yo creo que hay una edad para cada cosa, y la maternidad no es una excepción. Respeto quien decide ser madre con más edad, porque no ha encontrado la pareja adecuada o por las razones privadas de cada mujer. Pero creo que teniendo la posibilidad, retrasar la maternidad es irresponsable, pues pones en riesgo tanto tu salud como la de tu futuro hijo/a. Y además hay que criar y educar a esa criatura, y las fuerzas no son las mismas con 20,con 30 que con 40 años.

Nosotros teníamos clarísimo que no queríamos que Sara fuera hija única. La hermandad no es comparable con ninguna otra relación, el cariño entre hermanos es un sentimiento del que no queríamos privar a nuestra princesa.

Otra razón por la que quedarme en estos momentos embarazada es más práctica. Ahora estoy parada, y no parece que vaya a encontrar trabajo próximamente. Así que podía hacer dos cosas: o bien desesperarme, viendo pasar el tiempo (y agotarse la prestación por desempleo) o utilizar este tiempo para criar a mis hijos. Pienso que no es lo mismo buscar trabajo con treinta y pico, y que el empresario en cuestión crea que vas a coger una baja por maternidad en pocos años porque estás en edad de tener hijos, que buscar trabajo con treinta y pico ya con tus niños criaditos. No debería ser así, pero lo cierto es que si un empresario cree que puedes quedarte embarazada no te va a dar el trabajo.

Así que vuelvo a empezar de nuevo, las náuseas, los mareos, ir viendo como cambia tu cuerpo. Pensé que iba a emocionarme menos y estar más serena en este segundo embarazo y no. Estoy más contenta y más emocionada, quizás porque cada sensación, hasta las náuseas, me recuerda lo muy feliz que nos está haciendo Sara día a día. Y volver a repetir la experiencia me parece un maravilloso regalo de la vida.

Bienvenido a casa hij@ mí@